lunes, 20 de octubre de 2008

El comienzo de un cambio.

Era el año 2006, aùn el año no terminaba y ya yo escuchaba un cambio en mi vida, un cambio total que comprendía país, casa , cultura, lenguaje y marido. Todo ya estaba escrito, pero era necesario dicho cambio, para poder seguir viviendo conforme a la voluntad de Dios Padre. Era meramente necesario.
Para mí era una experiencia de 18O grados ya que nunca había viajado y tenía que atravesar el famoso "Charco", mi destino, Francia, dirección Marseille. Al principio comenzé a observar como los las horas pasaban ràpido, claro que también me afectó el cambio de horas, esto me duro como dos semanas apróximadamente. Todo era nuevo para mí, llegué a sentirme como en otro planeta, a medida que pasaban los días, así pasaba también mi vida y me traicionaba el pasado y bajaba al sótano de los recuerdos, la nostalgia y la tristeza se apoderaban de mi alma, eso lo vivía cuando quedaba a solas, ya que todos los vecinos trabajaban en esa casa solo quedaba yo , en companía de la naturaleza, del ruído del viento y de vez en cuando el pasar de las avez y su cantar. Pase varios meses en esa soledad, extrañando mi trabajo,amigos, familiares, mi antigua vida.
Un buen dia me dije que no lloraria màs y comenzé a leer libros de autoayuda que habian viajado conmigo. Todos los dias los libros comenzaron hacer mis màs fieles compañeros. Aprendí que era necesario la soledad para así conocerme màs a mí misma y darme cuenta que en mí vivían diferentes talentos, entre ellos la escritura, cosa que jamàs se me hubiese ocurrido realizar, ya que en el mundo en que solía vivir nunca tuve tiempo, solo existía tiempo para trabajar y así olvidaba mis problemas personales.
Hoy tengo màs conocimiento de la vida, de los misterios que la componen, de la naturaleza que la rodea, del sol, que en el amanecer nos revela su gran energía y sabiduria, que a pesar de su gran pasarela siempre se oculta al atardecer y aùn así nos revela en el ocaso, las manifestaciones terrenales envueltas en colores que poco a poco se convierten en la oscuridad o sea la noche.
He aprendido apreciar màs a las personas y a darles lo mejor que hay en mí, aceptarlas como son, no como yo quisiese que fueran. A prestar màs atención a los caminos en los que ando, ya que en el pueden manifestarse ciertas cosas que a veces resultan ser inexplicables. A respetar a la madre naturaleza, tener séntido de cada una de sus estaciones y aprender a no renegar de lo que cada una de ellas trae consigo, ya que cada estación envuelve en sí una sabiduria natural.
Llegar a comprender que para vivir no es necesario cargar con cosas que no suelo usar, que es mejor cargar con equipajes ligeros y tener el corazón lleno de sabiduria. Que todo lo que tenemos sin usar debe ser regalado para que dicho espacio se llene por cosas anheladas por nosotros, ya que todo espacio siempre es rellenado. Aprendí a sembrar en mí la paciencia, a saber esperar, a tener , pero sobre todo aprendí que todo tiene un porqué, que por màs minimas que sean las cosas , todo tiene una razón de ser. Hoy les puedo decir que no me lamento de haber vivido en soledad, aprendí a vivir con ella y sacar lo mejor de ella y eso me fortaleze.
No es fàcil vivir lejos de nuestro país, de sentirnos reprimidos en cierta forma y hasta impotente, pero tenemos que tener algo bien claro, Dios va de la mano de los que somos extranjeros en tierras lejanas de nuestro hogar, lo mejor que podemos dar de sí, es respetar y bendecir la tierra que nos alberga.

Con amor,
Lilianet































































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